viernes, 1 de diciembre de 2017

Principales manifestaciones clínicas de la Enfermedad de Parkinson

Para poder conocer mejor una de las principales afecciones que afectan a las personas en proceso de envejecimiento, a continuación describiremos de una forma divulgativa las principales características que definen a la enfermedad de Parkinson.

Pese a que desde la antigüedad se conoce la existencia de pacientes con dificultades motoras y temblores, la enfermedad de Parkinson fue descrita como tal a principios del siglo XIX por James Parkinson, médico británico de quien lleva su nombre. En su tratado An essay on the shaking palsy (1817) denominó a la enfermedad como una parálisis agitante, describiéndola como «aquellos movimientos temblorosos involuntarios, con disminución de la potencia muscular en partes del cuerpo en reposo, incluso si se sujetan, con propensión a encorvar el tronco hacia adelante y a pasar de caminar a correr; los sentidos y el intelecto permanecen indemnes». En términos neurofisiológicos, la enfermedad de Parkinson puede definirse como una afección neurodegenerativa caracterizada por la pérdida progresiva de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra mesencefálica (concretamente, de su parte compacta y de sus proyecciones al núcleo estriado). Esta pérdida provoca una disfunción progresiva de determinados circuitos de los ganglios basales, implicados en el control motor (Jiménez-Jiménez, 2008).


La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después de la de Alzheimer, afectando casi a un 1% de la población mayor de 65 años. Actualmente, y tras numerosos estudios e investigaciones sobre la misma, su etiología sigue siendo actualmente desconocida, aunque existe un amplio consenso sobre la implicación de factores genéticos y ambientales que desencadenan el inicio de la enfermedad. En este sentido, es sumamente conocida la sintomatología de tipo motor que caracteriza a esta enfermedad, como son los temblores (el síntoma más conocido, aunque no siempre presente), la lentitud en el movimiento o bradicinesia (el más característico y necesario para el diagnóstico), la rigidez o aumento del tono muscular, la inestabilidad en la postura y la dificultad en la marcha, entre otros síntomas. Sin embargo, en las últimas décadas se están evaluando de igual modo los trastornos no motores, en especial los que afectan a la capacidad cognitiva (como son las funciones ejecutivas y visuoespaciales, y las manifestaciones emocionales y conductuales: depresión, ansiedad, falta de control de impulsos…), que llegan a ser incluso más incapacitantes que el propio componente motor.

No obstante, esta sintomatología no solo aparece en personas mayores, sino que también puede afectar a personas de menor edad: aproximadamente el 20% de los pacientes diagnosticados son menores de 40 años. Su diagnóstico no es tarea fácil: se basa en la anamnesis y en la exploración neurológica del paciente, y es fundamental realizar un diagnóstico diferencial con otras enfermedades neurodegenerativas y una valoración de la evolución clínica y de la respuesta farmacológica para su confirmación. 

Actualmente, no existe una farmacología que cure ni evite la progresión de la enfermedad, aunque tanto el tratamiento quirúrgico como el farmacológico pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. En nuestro país se calcula que pueden padecer esta enfermedad unas 120.000 personas, una cifra que podría aumentar de forma significativa debido al incremento de la esperanza de vida y al envejecimiento progresivo que actualmente está padeciendo nuestra sociedad.


Para más información:

Arnedo, M., Bembibre, J., Triviño, M. (2012). Neuropsicología. A través de casos clínicos. Madrid: Médica-Panamericana.

Jiménez-Jiménez, F. J., Luquin, M. R., Molina, J. A., Gurutz, C., eds. (2008). Tratado de los trastornos del movimiento, vol. I, 2ª ed. Barcelona: Viguera Editores.


0 comentarios:

Publicar un comentario

Aviso legal

Aviso legal
Licencia de Creative Commons. Cualquiera de los textos puede ser reproducido en otros medios sin fines comerciales, contando con la autorización y citando a la fuente original (este blog), así como a su autora. Las imágenes son fotografías realizadas por la administradora o, en su defecto, extraídas de Google y otras plataformas públicas de distribución de imágenes. Rogamos que se ponga en contacto en caso de copyright y por si fuera necesario retirarla.
Mariela Bustos Ortega. Con la tecnología de Blogger.